Hoy os hablaré de una de las salidas que más me impactaron en Japón, Hiroshima y Miyajima, una de las visitas más duras junto a una de las hermosas.
¿Cómo llegar?
Lo mejor es ir allí es coger un tren de alta velocidad shinkansen desde Kioto. Se tarda aproximadamente 2 horas y yo lo cogí desde la estación principal de la ciudad. La ruta ha de ser Kioto - Hiroshima.
Hiroshima es tristemente conocida por ser una de los dos ciudades japonesas sobre las que Estados Unidos lanzó una bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial. Estos acontecimientos tuvieron lugar el 6 de agosto de 1945 a las 8:15h. El nombre de la bomba era ''Little Boy'' y estalló a 590 metros del centro de Hiroshima. El resultado fue la destrucción del 90% de la ciudad. En aquel momento estaba poblada por 350.000 personas y desde el 6 de agosto hasta el 31 de diciembre se calcula que fallecieron unas 140.000 incluyendo los que fallecieron en el momento de caer la bomba y los que lo hicieron más tarde por las heridas o enfermedades causadas por la radiación. La cifra aumenta a 300.000 si contamos a las víctimas que fallecieron por cánceres relacionados con la radiación. La verdad es que es aterrador. Tres días más tarde arrojaron una segunda bomba sobre Nagasaki.
¿Qué ver?
La verdad es que yo centré la visita en los tres lugares relacionados con la bomba atómica: la Cúpula de la Bomba Atómica, el Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima y el Museo de la Paz de Hiroshima.
Cúpula de la Bomba Atómica
Es el único edificio que queda en Hiroshima tal y como quedó tras la caída de la bomba. En 1996 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. La verdad es que impresiona verlo sabiendo lo que allí sucedió.
Parque Conmemorativo de la Paz
Está al lado de la Cúpula de la Bomba Atómica y es un lugar de agradable paseo. Tiene diferentes monumentos para el recuerdo de lo que allí sucedió. Uno de los que más de gustó fue La Llama de la Paz, una llama que permanecerá encendida hasta que se destruyan todas las armas nucleares del planeta.
Museo de la Paz de Hiroshima
Este es el museo más duro que he visitado jamás. Su visita fue complicada y tuve que detenerme en varias ocasiones para reponerme y continuar. Comienza con un repaso de historia que nos explica la situación que se vivía y que terminó con el lanzamiento de las bombas. Lo siguiente de lo que nos hablan es de las bombas, como eran, el efecto que causaron y que provocaron en las personas que se vieron expuestas a ella. La última parte de la exposición está compuesta por testimonios, objetos y fotografías de las víctimas. Y la verdad es que eran sobrecogedoras y terribles.
Una de las historias más conocidas es la de Sadako Sasaki, una niña que con 2 años fue expuesta a los bombardeos. A pesar de sobrevivir a esto con 11 años desarrolló leucemia a causa de la exposición que había sufrido. Al ser ingresada, su compañera de habitación le explicó la leyenda japonesa que dice qué quien pliegue mil grullas de papel podrá pedir un deseo y se cumplirá. Sadako comenzó a plegar las grullas para poder pedir curarse pero desgraciadamente falleció. Sus compañeros de la escuela plegaron 1000 grullas con las que fue enterrada y se convirtieron en un símbolo de esperanza.
Esta es una de las muchas historias que se pueden conocer allí, todas ellas son terribles y lo cierto es que me impactaron mucho.
Tras visitar el museo fuimos a comer okonomiyaki (comida típica de Hiroshima) y volvimos a la estación central de Hiroshima para poner rumbo a Miyajima.
¿Cómo llegar a Miyajima?
Fácil, desde la estación central hay que coger un tren con dirección Miyajimaguchi. Allí está perfectamente señalizado el camino al ferry (incluido en el JR Pass).
¿Qué ver en Miyajima?
Mi visita fue relativamente corta y se centró en el santuario Itsukushima y su gran y famoso torii.
Santuario Itsukushima y su gran y famoso torii
La idea era ir por la tarde para poder disfrutar del atardecer y con un poco de suerte encontrar menos personas de lo habitual.
El santuario Itsukushima cierra a las 18:00h y cuando fuimos nos quedaba una hora para visitarlo. La marea estaba baja y por eso mismo no lo pudimos ver cuando las aguas lo cubren pero la verdad es que había pocas personas y la visita se hizo mucho más agradable.
Su diseño me pareció diferente a los otros que habíamos visitado y por eso mismo me gustó más. Al no haber tantos turistas reinaba mucha calma y silencio y pasear por allí me pareció una experiencia mágica.
Más tarde fuimos a sentarnos frente al torii (al que no se podía llegar por la marea) y vimos la puesta de sol. Poco puedo deciros de la experiencia, hay que vivirla.
Los inconvenientes de ir a ver el lugar por la tarde es que no te da tiempo de visitar toda la zona y la verdad es que es un lugar encantador. Pudimos ver ciervos, aunque pocos a causa de que no nos adentramos mucho por la zona. Sin embargo debo decir que no me arrepiento de la hora a la que fui ya que había poca gente (y estaba harta de las aglomeraciones) y ver el santuario y el torii iluminado me pareció precioso.
Y esto es todo, espero que os haya gustado la entrada.
Hola! Que bonito viaje pese a los momento duros del museo. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn saludo!
Un viaje maravilloso. Besos!
EliminarSi tengo previsto viajar allí volveré a leerte de nuevo.
ResponderEliminarBesos y gracias por compartir.
Me alegro!
EliminarQue viaje tan chulo has hecho.
ResponderEliminarSaludos
Gracias!
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada. Las explicaciones, las fotos e incluso qué transporte hay que escoger.
Me encantaría ir alguna vez, sobre todo por la primera parte del viaje, que, obviamente, debe ser muy duro, pero interesante.
¡Un saludo!
La verdad es que ha valido la pena. Besos!
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