¡Hola Bellos y Bellas! Ya es domingo y toca escritura. Aunque esta semana ya estoy grabando los audios de la entrada para publicarla en vídeo. Ya sé que son cutres pero hago lo que puedo, supongo que iré mejorando poco a poco y encontrando más recursos pero de momento es lo que hay.
Os recuerdo que hay un SORTEO activo en el blog de un Funko Pop y espero que os animéis a participar.
Así que nada, haya vamos.
Cosa 11: Dos personas que se odian se quedan atrapadas en un ascensor durante 12 horas.
Miraba las puertas. Fingía estar completamente concentrada,
como si el ascensor estuviera dispuesto a funcionar si lo miraba con la
suficiente intensidad.
Sin embargo, su atención estaba fija en ella. Estaba
convencida de ser la persona con más mala suerte del planeta. Lo cierto es que
la odiaba, No podía evitar verla como a su peor enemiga. Estaba convencida de
que la mujer que tenía delante era una loca que quería dañarla por celos.
Ignoraba deliberadamente su presencia mientras deseaba con
todas sus fuerzas que el maldito ascensor arrancara. No podía evitar que se le
escapara alguna mirada cargada de desprecio, de la misma forma que era
consciente de las que ella le dedicaba. Sobre ellas pesaba un enorme silencio,
pero uno de esos que hablan. Un silencio cargado de los reproches que se
estaban guardando, lleno de dardos venenosos ansiosos por dar en la diana. Y
entonces llegó la llamada. Al escucharla hablar supo que era él. Alegría
exagerada que intentaba ocultar el tono de disculpa, de justificación y de...
¿miedo?. Quizá otra persona sólo hubiera escuchado a una chica feliz de hablar
con su chico, pero ella fue capaz de ver más allá.
Y fue entonces cuando ese pequeño pensamiento se coló en su
mente. Se odiaban, sí. La última conversación entre ellas había sido a base de
insultos y faltas de respeto. Y ahora, al verla allí, hablando por teléfono,
dedicándole miradas de asco se vio a sí misma tiempo atrás. Pensó en las chicas
a las que había detestado por creer que intentaban separarla de él. Recordó los
celos, la inseguridad y los miedos. Y entonces se preguntó si realmente
aquellas chicas querían separarla de él. ¿Acaso ella estaba intentando eso? La respuesta
era no. Y sin embargo ese era el reproche de ella, el motivo de su odio y de su
desprecio. Colgó la llamada. Sabía que él estaría enfadado con ella y que
cuando llegara a casa tendría que pagar las consecuencias. Lo sintió por ella.
Quiso decirle que no tenía que aguantar eso, que él siempre había sido un
experto de la manipulación y que sabía golpear donde más dolía. Pero no dijo
nada. Fueron pasando las horas y él seguía llamando. El tono de ella continuaba
esforzándose por mostrar una alegría que no sentía. Llevaban 12 horas
encerradas cuando el ascensor comenzó a moverse. La miró deseando que la
entendiera, que comprendiera todo lo que no era capaz de decirle. Ella se dio
cuenta y le preguntó que qué miraba cargando sus palabras con todo el asco del
que fue capaz. Las puertas se abrieron. Y allí estaban dos técnicos y tras
ellos se encontraba él. Sus miradas se cruzaron y ella notó como se le encogía
el estómago. Por un instante recordó todo el dolor y tuvo miedo de ponerse a
temblar y que él lo notara. Entonces se esforzó por recordarse que él ya no
tenía poder. Que no era nadie, sólo un mal recuerdo. Y pensó en ella. Para ella
era su realidad, su presente, su vida. Y se dio cuenta de que todo rastro de
odio había desaparecido. Pensó que quería ayudarla, sacarla de eso y se detestó
un poco por no hacerlo.
''Creo que eres preciosa''. Salió del ascensor con
paso decidido, sin dedicarle una sola mirada al hombre que durante tanto tiempo
la convirtió en un fantasma y deseando que ella hubiera entendido todo lo que
no había dicho.
Y esto ha sido todo, espero que os haya gustado y que os animéis a participar :D
¡Qué bonito! Es difícil a veces, aunque necesario, quererse a uno mismo y dejar de lado los demás y más si has estado en una relacón nada sana.
ResponderEliminarUn beso!
Me encanta esta iniciativa, aunque no sería capaz de participar ;3;
ResponderEliminarMuy buen relato
Besitos!