Número de páginas: 864
Sinopsis:
Lo que ahora os contaré es tan cierto como que el fuego quema y el hielo, también.
Sabed, amigos míos, que dos pueblos, dos grandes clanes, habitaban una tierra apartada del resto del mundo. Se creían tan diferentes como la noche lo es del día, y en verdad, os lo aseguro, lo eran.
Amante del coraje y de las armas era el clan Kranyal; guerreros de bravo corazón y maestría en el arte de la lucha. Protectores de la vida y la serenidad eran los Djendel, pacíficos sacerdotes bendecidos con habilidades que iban más allá de lo natural, cuyo uso restringían con estrictos códigos.
Sus historias discurrían por separado, pero un día la frágil armonía quedó alterada y el entramado del destino cambió para siempre. Ambos pueblos salvaron sus recelos y unieron sus caminos por la fuerza de la necesidad. Juntos fundaron un joven reino llamado Neimhaim. Largo y quebradizo sería el camino de su unión; para allanarlo, sus líderes pactaron ceder el mando a sus hijos primogénitos, quienes regirían Neimhaim como esposa y esposo. No podían imaginar que, lejos de allí, un dios desterrado urdía pacientemente un plan para hacer de esos niños un instrumento de venganza contra sus iguales.
Así comienza la historia de los Hijos de la Nieve y la Tormenta.
Así se me contó un día, hace mucho tiempo.
Reseña:
Si algo destaca en Neimhaim es el amor y el esfuerzo que su autora ha volcado en esta novela. Leí que pasó 15 años dando forma al universo que es Neimhaim y a sus habitantes.
Nuestros protagonistas son Ailsa Bäraglig y Saghan Geffast. Ellos son los herederos del trono de Neimhaim y provienen de los dos pueblos que habitan allí, los Kranyal (pueblo guerrero) y los Djendel (pueblo pacífico que vive en sintonía con la naturaleza).
Además cada uno tiene su propia historia dentro de la trama principal, y no son historias simples, son historias complejas. Algunos tienen pasados terriblemente dolorosos, otros historias hermosas. La verdad es que no podría quedarme con ninguno porque los he querido a todos.
Habría que remarcar que en ésta novela los personajes femeninos adquieren un papel diferente al que suele ser habitual en las novelas de fantasía épica (cosa que últimamente está cambiando). Las mujeres son guerreras y además es algo totalmente natural. No es que una mujer en concreto tenga aptitudes para la lucha y lo haga, es que todas las mujeres kranyal entrenan desde niñas para ser guerreras. Y son exactamente igual que los hombres en la lucha.
No por ser mujeres se amedrantan con ellas, porque saben que eso les costará la vida. Y lo mismo sucede con las mujeres Djendel, no empuñan armas pero se enfrentan a sus enemigos de otras formas, ya sea liderando a sus gentes o atravesando las brumas a caballo aún sabiendo que serán repudiadas por los suyos.
De hecho, en nuestra pareja protagonista es Ailsa la guerrera, Shagan no empuñaría jamás un arma. Y me ha encantado ver como en Ailsa se entremezcla la feminidad y la ferocidad.
De verdad que cuando pienso en los personajes no puedo evitar emocionarme con sus historias. Vije, Sigfred, Hoffdakulur, Aitne, Eyra, Gursti, Drumilda, Lhuan, Illzar... Personajes tan reales que es imposible no querer, incluso en sus errores. Y debo reconocer que me ha costado mucho despedirlos.
Naturalmente la recomiendo muchísimo. Os invito a conocer la profecía de los Altos, a ver nacer y crecer a los Hijos de la Nieve y la Tormenta y acompañarlos en su camino para convertirse en los Reyes Blancos, a querer y odiar al peligroso y seductor dios del Norte, Nordkinn, y descubrir su terrible venganza.
Estoy segura de que terminareis como yo, enamorada de Neimhaim y de todos sus habitantes.
Mi valoración: 5/5